Aproveché el paréntesis de la Semana Santa para leer un libro de Theodor Kallifatides que es una pequeña joya. Pequeña por su reducida extensión de apenas 150 páginas, pero una joya por la profundidad y belleza de su contenido. Su título es Otra vida por vivir y fue publicado en 2018. Después de cincuenta años en los que el autor sólo había escrito en sueco, escribió este libro en griego moderno.
Leí la traducción española ya que el griego es desconocido para mí. Dos veces he estado en Grecia y como hago cuando visito otro país, intento aprender algunas palabras del idioma vernáculo, no tanto para comunicarme como para agradar a la gente del país. Hace tres años, viajando en taxi desde Corfú a un pequeño pueblo del norte de la isla, el taxista hizo una exhibición de destreza para cruzar un estrecho puente por el que parecía imposible que pasara el coche. Ante tal demostración de pericia exclamé: Polý kalá! (¡muy bien!) y una amplia sonrisa de satisfacción apareció en el rostro del conductor, agradecido por el elogio. La empatía, el respeto, resultar agradable a tus semejantes es precisamente uno de los temas del libro. Aunque vive en Suecia, Kallifatides es, más que poeta, novelista o autor dramático, un genuino filósofo griego.
A propósito del respeto o de la ausencia del mismo, es de actualidad la parodia emitida en TV3 el pasado 4 de abril, durante Semana Santa. Una actriz ataviada como la Virgen del Rocío, con un muñeco en sus manos que simulaba ser el niño Jesús, hablando con un forzado acento andaluz en una evidente burla del hecho religioso. Recordé entonces las sabias reflexiones que Kallifatides plasmó sobre lo que muchos consideran hoy como un derecho: «insultar las convicciones y los valores de otros, comportarse de forma irrespetuosa con los símbolos religiosos y burlarse de los dioses y los santos, tendencia que tan en boga está últimamente». Contaba el autor que su abuela «sabía lo que todo el mundo sabe: que una palabra puede hacer más daño que el cuchillo más filoso. Decir algo es hacer algo». Por eso, Kallifatides defiende la idea de que para evitar que las libertades democráticas, como la libertad de expresión, se conviertan en autodestructivas, deben servir a principios más grandes que ellas, como la paz o la igualdad entre los hombres. «Si queremos entendernos unos a otros, ante todo debemos aceptar que el otro existe y que es probable que crea en cosas distintas de las que creemos nosotros. En una relación de igualdad no hay sino derechos recíprocos y obligaciones recíprocas. Respétame para que te respete, escúchame para que te escuche».
El respeto al otro implica que en lo que hagamos o digamos le tengamos en cuenta y eso excluye burlarse o ridiculizarle, a él o a sus opiniones y creencias. No se trata de prohibir, explica Kallifatides, sino de que «hay cosas que no se prohíben, pero eso no significa que se permitan».
Siguiendo el método del comisario Kostas Jaritos -creación literaria de otro ilustre escritor griego, Petros Márkaris– busqué «respeto» en el diccionario y encontré diversas acepciones: veneración, acatamiento, miramiento, consideración, deferencia e incluso miedo. Cuando era joven nos poníamos en pie cuando el profesor entraba en clase, como muestra de deferencia y acatamiento a su autoridad. Pero no es ese el tipo de respeto al que se refiere Kallifatides, sino el que consiste en «tener en cuenta al Otro», tratarle con consideración e incluso intentar mostrarse agradable. De forma inopinada encontré en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito una descripción de ese concepto: «Respetar, pensar y actuar positivamente sobre los demás y sobre nosotros mismos, significa preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás, ser inclusivos y aceptar a los demás por lo que son, incluso cuando son diferentes. El respeto comienza con la confianza y está vinculado a la empatía, la compasión, la integridad y la honestidad».
En Otra vida por vivir y también en Madres e hijos, publicado en 2020, Kallifatides aborda numerosos temas preocupantes de la sociedad europea contemporánea. El hilo narrativo autobiográfico le permite tratar en profundidad y con mucha sensibilidad -entre la filosofía y la política- numerosos aspectos del ser humano, de la vida y de la muerte. Reflexiona sobre sus orígenes, sobre su familia y sobre la recurrente pregunta que se sigue haciendo sobre cómo hubiera sido su vida si no hubiera emigrado a Suecia en su juventud.
Espero escribir otro día sobre la problemática de la emigración, que es uno de los temas sobre los que Theodor Kallifatides ha ofrecido sus puntos de vista y sus vivencias personales. Sirva como preámbulo el drama en forma de chiste que cuenta el autor: «Papá, papá, ¿está lejos América?», pregunta el niño. «Cierra la boca y sigue nadando», le responde el padre.
Gandia, 17 de abril de 2022.
Este artículo se publicó originalmente el 20 de abril de 2023 en la edición de La Safor del diario Levante-EMV. La fotografía es de la portada del libro Otra vida por vivir, editado en España por Galaxia Gutenberg.